Las ONGs aspirinas, en una sociedad con cáncer.

Desde hace meses hemos tenido la oportunidad de trabajar de la mano con varias organizaciones de la sociedad civil que se dedican a diversos temas: personas con discapacidad, adultos mayores, LBGT+, comunidades indígenas,  mujeres y jóvenes en situaciones de vulnerabilidad.

Al comienzo, durante las primeras reuniones, estaba muy claro el rol que había asumido cada una en la lucha por su causa particular, centrándose y profesionalizado su eje temático. La gran alegría -al menos hablo a título personal- se dio en el punto de convergencia exacto en donde se dieron cuenta que la problemática traspasaba la causa, profundizando aún más hondo. Y en ese «hondo» estaba tanto la raíz como las soluciones.

Juntos, se han dado a la tarea de nutrir una serie de propuestas de ley con una agenda en común: La Inclusión. Así, más allá de subetiquetas.

*Desgloso los puntos claves del párrafo anterior:

1.«Juntos». Al visualizar una ‘problemática raíz’ común se ensamblan y maximizan esfuerzos, acelerando y siendo más asertivos en sus estrategias.

2. «Propuestas de ley». El significativo hecho de llegar a buscar incidir en políticas públicas, desde la «trinchera civil», transforma la manera de trabajar las causas sociales, presentado líneas de acción concretas, muy lejos del asistencialismo.

3. «Subetiquetas». Las organizaciones enfocadas a cierta causa son subdivisiones surgidas de síntomas a problemáticas más graves y profundas. Necesarias, pero que en la gran mayoría de los casos se convierten en solo una «aspirina» al malestar del síntoma, cuando el problema parece más un «cáncer».
Un colega, H Barraza, lo expresa muy bien:
«Las ONGs deben ser los superhéroes de la historia, no las víctimas ni los villanos». Y coincido totalmente. Las ‘organizaciones aspirinas’ se pierden tanto en el autoenamoramiento de su lucha que, más comúnmente de lo que pensábamos, terminan perpetuando el problema, cegados a escarbar a las soluciones de fondo.

Afortunadamente, en ejercicios colaborativos y multidisciplinarios como estos, se unen cada vez más fuerzas, se abren más panoramas, acelerando los procesos que durante décadas estuvieron empaquetados en ‘el botiquín’ del trabajo y desarrollo social de alto impacto.